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Estudio de profesor del Magíster refleja aumento de malnutrición escolar en colegios de Ciudad Sur debido a la pandemia
Bebederos de agua y espacios de recreo activo fueron inaugurados ayer en el Colegio Fray Camilo Henríquez de San Joaquín. La razón: un estudio de la Usach y la U. del Desarrollo evidenció un aumento en la malnutrición escolar en niños de siete establecimientos de las comunas de San Joaquín, El Bosque, La Granja, Los Espejo, Pedro Aguirre Cerda y San Ramón durante el periodo de la pandemia.
La iniciativa, denominada “Ciudad Sur Territorio + Saludable”, corresponde a un proyecto FONDEF liderado por el Dr. Tito Pizarro, académico de la Facultad de Ciencias Médicas de la Usach, y la docente de la Facultad de Medicina de la UDD, Anna Pinheiro. Este busca realizar intervenciones en comunidades escolares del sector sur de Santiago para incidir en la oferta y calidad de alimentos, fomentar la actividad física y generar un ambiente saludable a través del empoderamiento ciudadano.
Con más de 600 encuestas a apoderados y 363 evaluaciones a niños y niñas de 4° a 6° Básico, los primeros resultados del estudio arrojaron que un 67,2% de los escolares sufre sobrepeso u obesidad. Cifras que durante 2019 evidenciaban una prevalencia de 51,4% de malnutrición por exceso, en base a mediciones hechas en 294 menores.
Mientras que, en el caso de padres y apoderados, el estudio evidenció que a pesar de que un 76% indicó tener reglas al momento de comer y que un 15% de estos maneja conceptos correctos sobre nutrición, existe un alto índice de inseguridad alimentaria entre estos. Más del 65% se preocupó por no tener dinero para comer, un 45,3% acusó que no pudo ingerir alimentos sanos en el último año y un 45 por ciento comió poca variedad de alimentos. Incluso, un 16,7% declaró haber quedado con hambre o no comer por falta de dinero.
Un escenario dramático
Para el académico de la Facultad de Ciencias Médicas de la Usach y del Magíster en Salud Pública, Dr. Tito Pizarro, el Colegio Fray Camilo Henríquez sería el comienzo de la instalación de estas iniciativas que se replicarán en los otros seis establecimientos de la zona sur, donde la comunidad educativa ha podido construir y rescatar la alimentación saludable y la actividad física.
“Lo dramático y duro es que, fruto de la pandemia y la crisis social, la gente que habita alrededor de las escuelas lo está pasando muy mal y los datos que tenemos nos dicen que están pasando malos momentos, que no les alcanza para comprar alimentos saludables. Tienen claro los hábitos y qué es lo sano, que los niños tienen que hacer actividad física, pero cuando les preguntamos si pueden, un porcentaje muy significativo de apoderados dice que los recursos económicos no les alcanzan”, sostuvo el director del proyecto y académico Usach.
Señalando que antes de la crisis social se evaluó el peso, estatura y fuerza de los estudiantes, Pizarro identificó un gran retroceso posterior al primer año de la pandemia y las necesidades de dejar capacidades instaladas, profesores capacitados y manuales en las escuelas “para que se aplique lo que se aprendió en este periodo duro de la pandemia”.
“Hay una adversidad social muy grande. La importancia de esto es que no podemos dejarlos atrás y tenemos que ser capaces de intervenir activamente. Ojalá todas las escuelas tuvieran la posibilidad de probar un kiosco que se parezca más a un puesto de feria, de probar tener más horas de educación física y más contenidos acerca de la vida activa y saludable”, indicó el académico Usach.
Mientras que la docente de la Escuela de Nutrición de la UDD, Anna Pinheiro, explicó que el proyecto apunta a “generar un sistema de intervenciones integrales que puedan apoyar la instalación de un mejor estilo de vida saludable entre los alumnos. Nuestro eje principal es alimentación y actividad física, pensando en poder entregar mejores soluciones para el grave problema de obesidad infantil que tenemos en Chile en este momento”.
Las acciones implementadas en el Colegio Fray Camilo Henríquez, según la académica UDD, corresponden a un plan piloto que busca extenderse a otros colegios que son parte del proyecto, cuya puesta en marcha se vio dificultada por el estallido social de 2019 y la pandemia por Sars-Cov-2. Aún así, se logró habilitar bebederos de agua en el patio del establecimiento, como también agregar “contenidos de alimentación saludable dentro de las asignaturas de Historia y Matemáticas”, contó Pinheiro.
La nutricionista añadió que también se logró “cambiar el modelo de la clase de educación física”, pasando de centrarse en el rendimiento físico a ejercicios basados en fuerza. “Hemos capacitado a profesores, entregado equipamiento y además implementando 10 a 15 minutos de movimiento antes del inicio de la jornada escolar”, puntualizó.
Por último, Pinheiro señaló que también se está trabajando con los dueños del kiosco del colegio y los feriantes de la zona para convertir dicho local en un “punto feria saludable” que sea capaz de atender las necesidades de la comunidad escolar. O sea, que una mamá que viene a buscar a su hijo y necesita tomates para su almuerzo, los pueda encontrar en el kiosco a precio de feria”.
Cambios reales
Por su parte, la coordinadora de la Unidad de Niñez y Juventud de San Joaquín, Nury Gajardo, evaluó a este proyecto como “notable” y como una responsabilidad social y política, donde el municipio, que está en los territorios, debe “poder visibilizar estos proyectos, pero no sólo eso, sino que hacer cambios reales”.
“Es más que un cambio de comer sano. Es un cambio de paradigma, casi a contracorriente de un mercado que te ofrece muchas cosas. Es un derecho, no es un favor que los niños y las niñas puedan acceder a una alimentación sana, a recreos entretenidos”, indicó.
Finalmente, el director del Colegio Fray Camilo Henríquez, Carlos Yokens, valoró la iniciativa y apuntó a la importancia de sostenerla en el tiempo para que pueda tener continuidad en beneficio de los alumnos.
“Es un proyecto súper potente porque va a ir en beneficio directo de los alumnos de este establecimiento. Las estadísticas de obesidad, sedentarismo y sobrepeso van a ir aumentando, no sólo en los adultos, sino que también en los niños. Es fundamental que este proyecto impacte y poder hacer cambios de conducta alimenticia y en la parte física”, concluyó.
Redacción: Miguel Madrid y María José Sandoval.
Fotografías: Miguel Madrid.
También encuentra la nota en: El Mercurio y Cooperativa.